jueves, 22 de octubre de 2009

Cuando tu estas en el borde del mundo
yo estoy en el cráter de un volcán muerto
a la sombra de la puerta
se yerguen las palabras que han perdido sus letras.
Al dormir, la luna ilumina las sombras
pececillos caen del cielo
al otro lado de la ventana
hay soldados con el corazón endurecido.

Kafka está sentado en una silla a la orilla del mar
pensando en el péndulo que hace oscilar el mundo
cuando el círculo del mundo se cierra
la sombra de la esfinge sin destino
se convierte en cuchillos
y atraviesa tus sueños.

Los dedos de la niña ahogada
buscan la piedra de la entrada
alza las mangas de su vestido azul
y mira a Kafka en la orilla del mar.

Kafka en la orilla, Haruki Murakami

viernes, 14 de agosto de 2009

A los detalles, te acostumbrás...

Una es una alumna maravillosa. Más allá de los intentos por no acomodarse a una sola realidad, a una sola persona, a un solo tipo de noches, la costumbre termina por instalarse, implacable.
Sin proponérselo, una temrina por aprender. Que la luz del baño se enciende con la segunda tecla, porque la primera no funciona. Que el timbre hay que apretarlo con fuerza, sino no suena. Una aprende, memoriza, un montón de detalles inútiles. Sabe que el café se toma con dos cucharadas de azucar, salvo que se prefiera mate, y en ese caso siempre es amargo.
Una no recuerda ni el celular de su madre, pero sí sabe que en esta casa se duerme con la persiana abierta, porque a su moradora no le molesta la luz del sol, pero en cambio en aquel otro lugar se cierran los postigos que dan a la casa de atrás.
Una se termina transformando en erudita de los lugares comunes, podría escribir un tratado sobre los detalles nimios de los que una estaba escapando pero se instalan en la rutina casi como parásitos, como inquilinos indeseables pero omnipresentes.

Es un mecanismo misterioso cómo se acumulan en la memoria tantos datos inútiles, tanta información que no se usa para nada en el día a día, pero una noche sirven para saber que la sal está en la segunda puerta de la alacena, ese detallito sepultado entre los horarios de trabajo y los libros para comprar se abre paso desde el subconsciente  llega a la vigilia, una estira la mano, abre la puerta y ahí está el frasco de sal, símbolo inequívoco de que una no escapa de algunos fantasmas, que quiéralo una o no, la memoria se encarga de encadenarnos a una rutina de bombilla de caña y política de velador y pie de cama, de charlas obligadas con ruido a ducha y salidas furtivas.

Una termina por preguntarse si hay maneras de dar una vuelta de tuerca a tanta cosa merodeante; si todo lo que una se propone dejar de lado va a terminar volviendo por una tangente inesperada, si la costumbre es siempre definitiva.
Entonces una comienza un ciclo nuevo de reconocimiento, olfatea el aire, presiente al tacto los dedos y las formas. Y termina por darse cuenta de cuántos escalones hay que subir, a qué altura está la manija de la puerta, y si los vecinos de arriba hacen más ruido a una determinada hora.

Por qué no se olvida una de tanto trapo usado, es algo que no se puede responder...

jueves, 16 de julio de 2009

http://escribiendolapared.blogspot.com/2009/07/industria-nacional-post-varias-cosas.html

faltaría agregar que esa misma noche me bajé en parque chacabuco, abajo de la autopista, con la luz cortada en media capital federal. si extendía el brazo, no veia mi mano. caminé 5 cuadras con más miedo que nunca en mi vida, pensando que me iban a violar y cortar en pedacitos, y finalmente llegué, y claro: como no había luz, no andaba el timbre. y yo no usaba celular, aún. sí, un horror.

ah, y que después de eso, escapar en taxi se convirtió en mi modus operandi. mi otra adicción, aparte del café.

martes, 14 de julio de 2009

Chicas
con ansias espectrales
que hacen de sus medias de colores una bandera
de las polleras sobre pantalones
la reinevención de la femeneidad

que practican con asiduidad
el franeleo metafísico
que prescinden de la guía t
que tienen un mapa cicatrizado
y viajan a luna tres veces por semana

(pero no más que eso)

Chicas
que toman café en lugar de agua
que tienen estrellas donde va la cara
compradoras de vestidos y polleras
presas de un pasado de
collares de pelotitas

que saben llevar las zapatillas
pero no los tacos
que pueden usar morrales y carteras
pero no a la inversa
que usan crema de cacao rosa

(pero no usan maquillaje)

Chicas
que ahora trabajan y estudian
y siguen con sus vidas
igual que antes, igual que siempre
prescindiendo de la guía t
y de los límites de los barrios

con un mapa mental de bares y locales
que tienen memoria selectiva
que practican con asiduidad
el franeleo patafísico
que se saben femeninas
y lo niegan con orgullo

(que no tienen más tiempo)

lunes, 6 de julio de 2009

Buenas Compañías

Una se deja escurrir por estas calles vacías dónde el pánico a la gripe porcina resucitó colores y aromas de épocas pasadas, y de repente caminar por las callecitas vuelve a ser ese sentimiento fraterno y ya la destrucción de las costumbres arraigadas no es la muerte ni mucho menos.
Es, al contrario, una laguna de fuego dónde el dique se rompió, se fue resquebrajando de a poco y finalmente las lenguas rojas desbordan la contención, se rompen las paredes y se queman los campos y de las cenizas de tanta cosa vieja y carbonizada surge un ánimo, una voluntad más allá de todo, y una sabe que conviene dejarse llevar, empujar, patear y abrirse paso aunque duela.
Una termina horrorizada de una misma, pero es un horror dulce y es saberse de nuevo en una senda que se había perdido y es escuchar las palabras de Marcos (que no es marcos pero sí es) y llenar el corazón de vida, dejarse anclar por las palabras, dejarse arrastrar por el lenguaje y que sea tautología pura si así tiene que ser. Sobre todo eso: escuchar a Marcos (que no es Marcos, pero ponele que sí, ponele que a mi qué me importan los nombres si en el fondo…), saberse cerca. Saberse entera y mirar con los ojos bien grandes, para que no se escape nada. Nunca.
Y por sobre todo saber que el mundo es propio, que lo único que necesitamos es ironía.

miércoles, 17 de junio de 2009

Sábado a la noche, otra vez

Tomo sopa de vitina después de un fin de semana agitado. Vómitos. Toda la noche del doming me la psé en un baño de un departamento de Constitución vomitando. Así que esta semana me toca sopita y té de manzanilla mientras trato de recuperarun poco de energía, mientras pienso que otra vez otroño, y cómo. Con todas las letras.
Pienso que no quiero estudiar, que quisiera sentarme a leer en la cama lindas novelas, tranquilas novelas, ver pelis en el sillón, tapada con una frazada, leer en capítulo 93 de Rayuela (otra vez), y deir que El amor, esa palabra...
Pienso que quiero tatuarme un tornillo en el cuello. Un tornillito pequeño y simpático, pareido a un trompo girando, que haga acordar ligeramente a un ojo, y de ese ojo a una estrella, y así eonamente eleccines que van creando caminitos que se bifurcan y cada bifurcación lleva a otra elección donde los caminos se apartan.
Solo que odio elegir. Cortado en jarrito o café con leche es para mi la más grande dicotomía. Ni hablar de cosas serias (más serias que el café).
Trato de concentrarme, no es que no, pero casi nada es fácil estos días. Quisiera que por fin llegue el invierno, pero solo porque no se aguanta más tener estas mañanas acolchadas de hojas rojas como fuego.

viernes, 22 de mayo de 2009

Buscando un centro

Al sujeto se le muestra un tenedor.
-Tecnecter.. cosita, comener, rascar... lo que, superfuncor, mataniar...
-Tenedor.
-Eso! un banquito.

Se le muestra un alfiler de gancho.
-Un alambre que cada uno tenga y se ata. Una manera de.. un cochecito, corcho. Un alambrecito...
-Un alfiler de gancho.
-...

Se le muestra un mate.
-Un.. muñequito de cartón. Un coso de poner! Eso! Un trencito...
-Un mate.
-Una mesita de hotel...

jueves, 14 de mayo de 2009

Pinamar
(Francisco Bochatón)

Reflejadas en agua contemplo las estrellas
una mente continua mantiene la incoherencia
yo no quería encontrarte de pie, tirando piedras
el espigón, la gente, me mira como siempre
un huracán que la tormenta abrió
a un costado del mundo se quedó
y a la luz de la luna vi el cartel de pinamar
una sola ventana que cerró
el viento que quería que te quedes
un huracán que la tormenta abrió
a un costado del mundo se quedó
y en el paisaje un resto fiel de la verdad
cualquier cosa que diga no es real
sabiendo que no quiero que te quedes
el hacedor de ideas se estrella en su carrera
la dirección del tiempo es frágil y se tienta
mi corazón de enero traduce los deseos
razón, dame una ayuda
tu luz es la que alumbra
un huracán que la tormenta abrió
a un costado del mundo se quedó
y a la luz de la luna vi el cartel de pinamar
cualquier cosa que diga no es real
sabiendo que no quiero que te quedes

jueves, 23 de abril de 2009

Bolero
Julio Cortázar

Qué vanidad imaginar
que puedo darte todo, el amor y la dicha,
itinerarios, música, juguetes.
Es cierto que es así:
todo lo mío te lo doy, es cierto,
pero todo lo mío no te basta
como a mí no me basta que me des
todo lo tuyo.

Por eso no seremos nunca
la pareja perfecta, la tarjeta postal,
si no somos capaces de aceptar
que sólo en la aritmética
el dos nace del uno más el uno.

Por ahí un papelito
que solamente dice:

Siempre fuiste mi espejo,
quiero decir que para verme tenía que mirarte.

Y este fragmento:

La lenta máquina del desamor
los engranajes del reflujo
los cuerpos que abandonan las almohadas
las sábanas los besos

y de pie ante el espejo interrogándose
cada uno a sí mismo
ya no mirándose entre ellos
ya no desnudos para el otro
ya no te amo,
mi amor

lunes, 9 de marzo de 2009

Poema a la mañana

Si te agarrase en medio de la resaca
la vil mañana, soleada mañana
con los estridentes cánticos pajariles
y sin lentes ahumados.

Si esa cruel mañana te sorprendiese lejos del lecho
y los vapores del licor aún recorriesen tus venas
o debieses enfrentar obligaciones
soportar reuniones.

Camina por la sombra, ebrio madrugador;
escóndete de la cegadora luz del sol
salva tu piel del calor
después de la siesta todo será mejor.

jueves, 26 de febrero de 2009

Deberes post mortem

Una tiene la obligación moral
debe tener la decencia de
porque una en el fondo sabe
una tiene la conciencia
sabe que solo con un anillo
un collar de pelotitas
no alcanza para redimirse con el pasado

una, que odia el pretérito
que sale de noche y ahora tiene miedo
porque las sombras van detrás
-nostalgia de qué, pregunto-

es que una tiene la obligación,
aunque más no sea por defecto
por omisión
una Debe
porque ya no se sale de noche sin mirar
una, que comprende el pretérito

con una taza de café y tres lágrimas
no se arregla ya nada
ya pasaron 7 siete años y ya no valen
las estrategias que antes -you know, darling-
aunque una abusó de ellas

y por eso, porque una sabe
porque una debe, y necesita
porque el teléfono es obsoleto
porque la noche es oscura
y ya no tiene glam o luces de neón
y el neón ahora es un simple elemento

y porque una tiene cada vez más rabia
y miedo a tener un par de canas
sin haber conocido o alcanzado a comprender
a rozar apenas con las yemas de los dedos
ese naranja y verde
esa grulla de papel glacé.

jueves, 12 de febrero de 2009

Extrañando...

...ser ñoña.
...mis amigas ñoñas.
...el vino.
...dormir hasta el medio día.
...pinchar brazos.
...recorridas salvajes por calles desconocidas.
...tomar café un sábado a as 7 de la mañana en el único bar abierto de la ciudad.
...sex and the city.
...leer muchos lindos libros.
...tener buenas notas.
...escuchar música a las tres de la mañana del lunes.
...estar geniunamente triste y genuinamente feliz.
...defender la alegría como una trinchera.
...planear ese viaje por América.
...tomar tecitos en Cabildo y Juramento.
...bailar toda la noche en un sótano en Flores.
...asombrarme.
...cuestionarme.
...recordar miles de letras de canciones de memoria.
...estar al pedo.
...ser parte.
...juntarme con cada grupo de amigxs una vez por mes.
...ir resacosa a las reuniones familiares.
...el rojo.
...las marchas.
...extrañar.

viernes, 6 de febrero de 2009

10 infaltables de unas vacaciones de mochila

1- La relación amor-odio con los camioneros. Es bien sabido que cuando unx viaja a dedo, depende en gran medida de los camiones. Los camioneros suelen ser gente copada, con infinidad de anécdotas, toman mate... y escuchan una música de mierda. ¡Demasiada cumbia! ¡Demasiado reaggetón! Un viaje de 10 horas con banda sonora de ese tipo ininterrumpida es insalubre para cualquiera.
Señores camioneros, otras canciones pueden deleitar sus oídos: un poco de variedad no le hace mal a nadie.

2- El piromaníaco. Siempre, en todos los campings, sin excepción, hay un deficiente mental que hace del fuego su bandera. No importa que el camping tenga un quincho con cocina donde cocinar, no importa que compre empanadas hechas. El piromaníaco no necesita el fuego como la gente normal, para cocinar. Él lo quiere porque siente que un campamento no está completo si no puede quemar unos cuantos troncos secos y es capaz de pasar la noche solo, al lado de la pira, obsesionado mirando las llamitas y hechando ramitas para reavivarlo.

3- El que se las sabe todas. Este enfermo leyó todos los manuales, habló con todos sus conocidos, buscó en internet y recorrió todas las casas de camping. Sabe todo sobre el clima del lugar al que va, por qué una carpa es mejor que otra, cuánto peso es ideal llevar. Antes de salir de vacaciones hace una lista de cosas para llevar: su mochila no tiene nada de más ni nada de menos. En todos los campings se la pasa asediando a otras personas para explicarles por qué armaron la carpa mirando hacia el punto cardinal incorrecto, salen con poco abrigo o mirar al sol de frente en esas latitudes te deja ciego de una.

4- La megafamilia. Inexplicablemente, siempre se puede ver una familia gigantesca que ha decidido vacacionar en conjunto. No solo tíos, primos, abuelos, novios, hermanos mayores y menores, padres y por qué no amigos de toda la vida a quienes los hijos llamas "tía Mari" y "tío Julio" pueden tomarse vacaciones en la misma quincena, sino que además se soportan viviendo en dos carpas y media, cenan todos juntos, cantan, y pasean en manada. No alcanzo a comprender, siendo que las vacaciones familiares son siempre aburridas, ninguna de estas personas mató a alguna de las otras 30 con las que convive durante 15 o 20 días y la enterró abajo de la carpa.

5- El turista. Puede ser japonés, alemán o yankee. Y tiene lo más "pro" del universo. Una cámara de fotos de miles de dólares, una cortaplumas con encendedor incluído y una carpa que se arma sola cuando le apretás un botón.

6- El de la foto. Le saca foto a todo y a todos. Es desesperante. No solo las flores, los paisajes, los pajaritos: quiere retratar al dueño del camping, la almacenera, el policía que le indicó donde quedaba la parada del colectivo, las zapatillas sucias... todo con su infaltable sonrisa de imbécil.

7- El que se emociona. Siente que conoce a la gente del camping, con la que cenó tres noches, "de toda la vida". Saca fotos de él con todos con el brazo extendido, llora al dejar un lugar un lugar y entre gorgoteos afrima que el pueblo "le voló la cabeza" y que la gente que conoció ahí "es lo más", y pide que "no se corte", como si eternamente estuviese egresando de la secundaria.

8- El pendeviejo. Este especimen es un tipo de más de 40 años que añora sus días de veinteañero, y sale con su camioneta desvencijada a recorrer campings y contar sus experiencias cuando viajar era "otra cosa", y asedia a los adolescentes obligándolos a escuchar, al lado del fogón, cómo canta mientras toca la guitarra, al borde de las lágrimas.

9- El dueño del camping de oro. Los baños están sucios, hay dos duchas con agua tibia, la luz eléctrica escasea, pero este estafador insiste en cobrar 30 pesos por día. Eso sí: está a "solo" dos kilómetros del centro, y lo avalan años de prestar servicios en la ciudad.

10- Los negocios de pueblo. Es un misterio cómo sobreviven, porque el horario de atención es super reducido. La siesta se la toman bien en serio: de 12 del medio día hasta las 5 de la tarde, será imposible conseguir una lamparita, comprar pilas o cambiar el cierre de la bolsa de dormir. Además, nueve menos diez de la noche ya están bajando la persiana. ¿¡Cómo mierda hacen para tener clientes!? No alcanzo a entenderlo...